9 lecturas recomendadas para #LeoAutorasOct 2022

Cartel de LeoAutorasOct 2022. Una campesina lee un libro del que salen flores de colores. En la parte de abajo pone: «Lee, comparte y recomienda autoras».

Uno de los eventos literarios que suelo esperar con más ganas es #LeoAutorasOct porque, aunque leo obras de autoras y autores no binaries durante todo el año, me encanta la energía que se respira en las redes sociales, sobre todo en Twitter, con la gente que habla de sus planes para el mes y recomienda sus libros favoritos.

Otro factor que le da emoción es el bingo que preparan les organizadores de la iniciativa, pues no solo me ayuda a elegir entre todos los libros que tengo pendientes, sino que también me anima a alejarme de mi lista y descubrir nuevas voces para rellenar todas las casillas posibles.

He reunido en esta entrada mis nueve lecturas favoritas de ciencia ficción, fantasía y terror de lo que vamos de año. Algunas coinciden con una o varias categorías del bingo, así que especifico cuáles por si estás buscando libros para completarlo. ¡Y ten en cuenta que cualquiera te sirve si son de une autore que no has leído nunca!

Bingo de LeoAutorasOct22. A la izquierda sale la campesina del cartel y a la derecha, nueve casillas: una obra con la cubierta de un color del arcoiris, un retelling, un ensayo antirracista, una obra de une autore de latinoamérica, una obra de terror, una obra de une autore que no hayas leído nunca, una obra del siglo XXI, una obra infantil y una obra de une autore no binarie.

Innombrable, de Caryanna Reuven

En un universo donde se puede manipular la identidad de las personas cambiando su nombre verdadero, la Federación y la Unión están inmersas en una guerra fría que no se libra en el campo de batalla, sino entre bastidores, renombrando a personas influyentes para alterar sus pensamientos de modo que apoyen las políticas que cada bando desea imponer en la zona enemiga. Con el objetivo de detener los avances de la Unión, la Federación envía a Xhing-an a su mejor espía, IN.00, un, una, une agente que, debido a una extraña mutación, cambia constantemente de aspecto, género y personalidad, por lo que carece de un nombre verdadero y es inmune a los ataques de otros renombradores. Pronto se dará cuenta que su misión es mucho más compleja de lo que pensaba y sus descubrimientos le harán poner en duda todo lo que creía saber sobre sí misma, mismo, misme y sobre el mundo.

Su trama de espionaje, intrigas políticas y secretos personales te hace debatirte entre pasar las páginas a todo correr para averiguar cuanto antes qué se esconde detrás o contenerte para ir asimilando la información y explorar con calma el complejo universo lleno de matices y el desarrollo del original personaje protagonista, además de prestar atención a las pistas que dejan entrever por qué nada es lo que parece.

Bingo: una obra con la cubierta de un color del arcoíris + una obra del siglo XXI.

36, de Nieves Delgado

De vez en cuando, sin que nadie sepa muy bien por qué, nace una inteligencia artificial. Siguiendo el protocolo, la introducen en un cuerpo infantil y la envían al colegio, después la pasan a un cuerpo de adolescente y, por último, cuando alcanza la madurez, a un cuerpo adulto del sexo que elija. Aun así, por motivos que el CIDIA desconoce, la mayoría no muestra interés por integrarse en la sociedad. Por eso es tan especial Treinta y seis, una IA que desde su nacimiento muestra el deseo de comunicarse, de aprender, de hacerse preguntas y obtener respuestas. Aunque, lógicamente, las conclusiones a las que llega no son las que cabría esperar de un ser humano.

Se trata de una novela corta con mucha miga que recurre a la visión de una inteligencia artificial para hacernos cuestionar cosas que solemos dar por hecho tanto en la vida real como en la ciencia ficción: la naturaleza humana, la identidad, las convenciones sociales, el sentido de la vida… Una delicia de lectura para disfrutar sin prisas, línea a línea, dejándote llevar por las numerosas reflexiones a las que da pie.

Bingo: una obra del siglo XXI.

Parentesco, de Octavia Butler

(traducción de Amelia Pérez de Villar)

Una cosa es leer sobre la violencia o verla en una película, y otra muy distinta, presenciarla en directo. Es una de las primeras lecciones que aprende Dana cuando se ve transportada desde su casa en 1976 al Maryland de principios del siglo XIX. Allí volverá sin poder evitarlo cada vez que corra peligro su antepasado Rufus, hijo del dueño de una plantación, y deberá adaptarse a una sociedad en que a las personas negras, como ella, se las trataba como animales o como mercancía. Aunque al principio le parece estar actuando en una obra de ficción, a medida que se prolongan sus estancias en el pasado se va dando cuenta de lo fácil que es acostumbrarse y aceptar hasta las situaciones más horribles cuando no hay escapatoria.

Al igual que el pasado arrastra a la protagonista sin tener en cuenta su voluntad, esta novela nos arranca de la comodidad en la que vivimos y nos convierte en testigos del sufrimiento, la violencia y la deshumanización a la que estuvieron sometidas las personas negras esclavizadas. Es una historia dura, brutal, narrada con tal maestría que a menudo da la impresión de estar viviéndola en nuestras propias carnes. Como no podría ser de otra manera, deja muy mal cuerpo, tanto por las atrocidades que describe como porque obliga a tomar conciencia de que esas vejaciones de las que hablan los libros de historia los padecieron personas reales, que muchas veces tuvieron que tomar decisiones terriblemente duras para sobrevivir.

La pared, Marlen Haushofer

(traducción de Claudia Toda Castán)

Una mujer se queda sola en una casa de los Alpes cuando su prima y su marido bajan a dar una vuelta al pueblo. Al día siguiente, al percatarse de que no han vuelto, decide ir en su busca, pero una pared invisible que ha aparecido en medio del camino de la noche a la mañana le impide el paso. Ha ocurrido una catástrofe inexplicable, ya que el único ser humano y todos los animales que ve al otro lado están paralizados, a todas luces muertos. Aislada del mundo, con la única compañía de un perro, una vaca y una gata, se adaptará para sobrevivir en la montaña al tiempo que reflexiona sobre el sentido de la vida, la esencia de la humanidad, las convenciones sociales y la relación con la naturaleza.

Supe de esta novela gracias a la ponencia de Claudia Toda en el STIAL y ha sido todo un descubrimiento al que seguramente no habría llegado de otra manera. Su traducción salió en marzo de 2020, que quizá no fue el momento ideal para publicar libros, pero le va que ni pintado a esta novela porque es una lectura que gana mucho después de haber pasado por la experiencia del confinamiento. Después de esos meses sin apenas salir de casa, muchas personas comprenderán mejor a la protagonista, pues la soledad y el cambio radical de situación hacen que se plantee preguntas y se dé cuenta de lo absurdo de ciertas cuestiones en las que no había reparado hasta entonces. Sin embargo, a diferencia de quienes tuvimos la suerte de seguir en contacto con nuestros seres queridos desde la distancia, ella no tiene más distracciones que sus animales y el arduo trabajo que exige la vida en la montaña. A lo largo de su informe, que empieza como un relato lo más objetivo posible de los hechos pero en el que acaba divagando inevitablemente, presenciaremos su aprendizaje constante, los lazos que forja con los animales y con la naturaleza que la rodea y su fluctuación entre la esperanza y la resignación, en una ambientación hermosa y a veces opresiva.

Una vida y un día, de Lourdes Ureña Pérez

Ascua y Livia son dos jóvenes brujas que crecen juntas en la red de cuevas del Aquelarre, unidas por un fuerte vínculo que hace que las Ancianas las emparejen para estudiar todo lo que deben saber sobre la magia. Su vida transcurre feliz hasta que se acerca la Ceremonia, el rito de iniciación por el que toda bruja debe pasar para ser considerada una adulta de pleno derecho. Lejos de ser un acto simbólico, el ritual las obliga a tomar una decisión terrible de consecuencias irreversibles. ¿Cuánto sacrificarías por el bien de tu comunidad?

Este libro ha sido una de las grandes sorpresas del año porque leyendo la sinopsis no imaginaba que acabaría gustándome tanto. Es una historia de amor y de aprendizaje mucho más oscura de lo que la cubierta da entender, que combina humor y ternura con buenas dosis de sufrimiento hasta llegar a un final de lo más satisfactorio. Está llena de personajes a los que es imposible no coger cariño y engancha desde el principio con una narración no lineal que te da la información con cuentagotas y no te deja más remedio que seguir pasando páginas para acabar de una vez con la intriga.

Bingo: una obra con la cubierta de un color del arcoíris + una obra del siglo XXI.

Agua dulce, de Akwaeke Emezi

(traducción de Arrate Hidalgo)

Cuando nació Ada, la puerta que conecta nuestro mundo con el de los espíritus permaneció abierta, por lo que en su cuerpo habitan varies ogbanye cuyos propósitos y motivaciones no siempre coinciden con los de ella. Aunque estas entidades divinas están con ella desde la infancia, sus manifestaciones adquieren más poder a raíz de varios sucesos traumáticos que tienen lugar cuando abandona su Nigeria natal para estudiar en Estados Unidos.

Es una novela fascinante que combina la cosmología igbo con perspectivas occidentales para explorar temas como la construcción de la identidad, la salud mental, el género o la espiritualidad. Además de varios pasajes desgarradores a los que seguirás dando vueltas mucho después de haberlos leído, destaca el juego de las voces narrativas, que te embaucan, te muestran lo que quieren que veas y te obligan a estar alerta y mirar más allá para recordar que siempre existe al menos otro punto de vista, incluso desde la perspectiva de una misma persona. Merece la pena saborearla despacio y concederse tiempo para reflexionar sobre las diferentes lecturas que se pueden extraer de esta obra.

Bingo: una obra del siglo XXI + una obra de une autore no binarie.

Las diez mil Puertas de Enero, de Alix E. Harrow

(traducción de David Tejera Expósito)

En un mundo dominado por hombres blancos y ricos, una niña de piel cobriza, ojos claros y ropa cara no es más que un bicho raro a merced de quienes ostentan el poder. Así es como se siente Enero, «una criatura a caballo entre dos mundos» que, tras la muerte de su madre y debido a las prolongadas ausencias de su padre, lleva una vida solitaria en la mansión del señor Locke, donde a menudo tiene la sensación de no ser sino otro objeto de su colección arqueológica. Un día encuentra un libro que habla de las puertas que conectan los mundos y la lectura que empezó como un pasatiempo inofensivo acaba cambiándole la vida a medida que se desvelan traiciones, secretos familiares y una conspiración que amenaza con asfixiar los mundos y negarles la oportunidad de evolucionar en beneficio de unos pocos.

Otra de mis lecturas favoritas del año. Despertó mi curiosidad desde la primera frase («Cuando tenía siete años encontré una puerta») y, para cuando quise darme cuenta, ya me había atrapado y me tenía sufriendo con las numerosas desdichas de la protagonista, alegrándome de sus triunfos y deseando llegar al fondo del asunto. Ambientada a principios del siglo XX e impregnada de una crítica al imperialismo, es una historia sobre la amistad, la familia, la pérdida y la injusticia que te mantiene gran parte del tiempo con el corazón encogido, aunque siempre con la esperanza de que al final todo se solucionará… porque así funcionan las historias, ¿verdad? Aunque hay partes algo predecibles, es una novela preciosa que destila amor por los libros, las aventuras y la libertad y que, con su inteligente uso de la segunda persona en la narración, empieza rompiendo la cuarta pared y acaba convirtiéndote en un personaje más.

Bingo: una obra del siglo XXI.

En las profundidades (The Deep), de Rivers Solomon y clipping.

(traducción de Carla Bataller Estruch)

Les wajinru son una especie acuática que desciende de las mujeres embarazadas que arrojaban al mar desde los barcos esclavistas. Carecen de memoria a largo plazo, por lo que viven felices sin pensar en el trauma ligado a su origen, pero olvidar su historia les priva del sentido de la identidad que necesitan para sobrevivir como especie. Por eso, en cada generación se designa une historiadore, le únique wajinru que recuerda con todo lujo de detalles el doloroso pasado y que lo comparte con el resto una vez al año, en la ceremonia de la Remembranza. El sistema parece funcionar a la perfección hasta que la historiadora Yetu, demasiado sensible para soportar la carga de los recuerdos en solitario y temerosa de que estos la acaben destruyendo, decide abandonar a su pueblo en mitad del ritual. De este modo recobra la libertad para ser ella misma y buscar su lugar en el mundo, pero también tiene que enfrentarse a la pérdida de memoria y al dilema entre regresar a cumplir con su deber y huir para siempre y poner en peligro a su comunidad.

Otra novela corta que demuestra que en pocas páginas se pueden tratar temas profundos: la memoria, el trauma colectivo, la esclavitud, el conflicto entre libertad individual y responsabilidad por el bien común. Y no solo eso, sino que además crea toda una cultura submarina sin extenderse en explicaciones y mostrándonos poco a poco los detalles que nos permitirán entender las características de la nueva especie y del mundo que habita. La musicalidad de la narración me hizo pensar en el vaivén de las olas, lo que quizá guarde relación con el interesante origen de la novela, pues está inspirada en la canción The Deep, de clipping., que a su vez bebe del imaginario de Drexciya.

Bingo: una obra con la cubierta de un color del arcoíris + una obra del siglo XXI + una obra de une autore no binarie.

Nos devoró la niebla, de Marina Tena Tena

Fresneda es un pueblo donde el miedo y la tragedia permean en sus habitantes como la siniestra niebla que a veces se traga a quienes se aventuran en el bosque. Hace cinco años, un grupo de niños desapareció sin dejar rastro. Entre ellos se encontraba Candela, la hermana gemela de Claudia, que desde entonces, rechazada incluso por sus padres, vive en una espiral de tristeza, soledad y culpabilidad. A ello se suma el terror por encontrarse con lo que queda de su hermana debido al vínculo psíquico que las une desde pequeñas y que la muerte de una de ellas no ha conseguido destruir. Las cosas empiezan a cambiar cuando entabla amistad con Sara, una chica de su edad que acaba de llegar al pueblo. Su familia es tan alegre y cariñosa que la hace sentir algo de esperanza pese al miedo y a la sensación de estar fuera de lugar. Además, a Sara no la asustan las leyendas y está decidida a averiguar la verdad sobre la supuesta maldición que azota Fresneda. ¿Lo conseguirá o acabará desapareciendo en la niebla como tantos antes que ella?

Tenía pensado publicar esta entrada hace unos días, pero decidí retrasarla hasta terminar este libro porque me fascinó tanto que tenía que hablar aquí de él. La primera frase («Mi hermana desapareció la mañana en la que yo decidí odiarla») te desgarra y marca a la perfección el tono de la novela, pero es que prácticamente todas las frases son para enmarcar y me habría quedado releyéndolas una a una si no fuera por las ganas de avanzar. Con una prosa escalofriante, la autora te sumerge en la atmósfera opresiva de un pueblo atrapado por sus secretos, donde lo máximo a lo que se puede aspirar es a sobrevivir, donde nadie se atreve a querer de verdad porque nunca se sabe a quién se va a llevar el bosque. Es una historia de terror deliciosa con dos capas de lectura, donde la inquietud por lo sobrenatural se une al ambiente tóxico y al síndrome de la superviviente que aquejan a la protagonista. Una historia de fantasmas que habla del duelo, de la culpa, de la lucha para seguir adelante en lugar de sucumbir ante un pasado que todavía duele.

Bingo: una obra de terror + una obra del siglo XXI.


Si ninguno de estos libros te ha llamado la atención, te animo a echar un vistazo a mis recomendaciones de 2021, a mis lecturas de 2021 y al Twitter de la iniciativa. ¡Seguro que encuentras unas cuantas obras de tu gusto!


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