El Ojo de Polisemo XIII: del relato corto al aforismo y del arte a la música

Las últimas semanas han sido bastante ajetreadas, pero no quiero quedarme sin escribir sobre la decimotercera edición de mi congreso favorito, El Ojo de Polisemo, que este año se celebró el 3 y el 4 de noviembre en la Universidad Complutense de Madrid bajo el título «Buenos, breves, raros y exquisitos: del relato corto al aforismo y del arte a la música».

Cartel de El Ojo de Polisemo Trece. A la izquierda se ven el logo y la información del congreso, y a la derecha, una estantería llena de libros.

Música y museos

La inauguración, en la que tomaron parte Emilio Peral (vicedecano de Cultura, Relaciones Institucionales y Bibliotecas), Antonio J. Martínez (coordinador del Área de TeI), Marta Sánchez-Nieves (presidenta de ACE Traductores) y Helena Aguilà Ruzola (representante de la Universitat Autònoma de Barcelona, la anfitriona del año pasado), nos abrió el apetito al magnífico programa que nos esperaba.

Sin ir más lejos, la conferencia inaugural, de la que se ocupó Gloria Nogue, versó sobre la traducción de la ópera, tanto para leerla (sobretítulos) como para ser cantarla (partituras). Como he tenido la suerte de ir a la ópera en varias ocasiones gracias al programa Gazteam (si vives por Bilbao y tienes 30 años o menos, te recomiendo echarle un vistazo), donde entre muchas otras actividades entre bastidores nos enseñaban cómo trabaja la encargada de reproducir los sobretítulos en directo, me encantó completar esa información con el punto de vista la traductora, que nos informó de aspectos como el número de líneas y el límite de caracteres que respeta para garantizar la legibilidad, los criterios que se siguen a la hora de emplear sobretítulos bilingües y los cambios que puede sufrir la traducción según la puesta en escena de cada producción. La teoría sobre la traducción de las letras me recordó al curso de traducción de musicales que hice el año pasado (y en el que también se trataron las adaptaciones culturales), y entre los ejemplos prácticos me parecieron especialmente interesantes las partituras bilingües.

Después del descanso vino la conferencia de Violeta Sánchez Esteban sobre la traducción del ámbito del arte, que comenzó con una introducción sobre la historia de los museos antes de pasar a explicar quién escribe los textos dirigidos al público, cómo se gestiona su traducción (desde servicios completamente externalizados a museos que cuentan con la figura de coordinador de traducciones) y cuánta libertad se tiene para adaptar el texto a la cultura de las personas visitantes que vayan a leerlo.

Corrección, derechos de autor y libros de arte

Después de la comida tuvo lugar una distendida conversación entre la traductora Paula Zumalacárregui y el corrector Álvaro Villa, moderada por Lidia Pelayo Alonso, en la que reivindicaron la importancia de la colaboración entre las dos figuras para mejorar la calidad del texto final. Recordaron el código de buenas prácticas entre traductores y correctores firmado por ACE Traductores y UniCo, que por desgracia no está muy extendido ni entre profesionales ni en las editoriales, pese a que la comunicación entre ambas partes es esencial para obtener el mejor resultado posible.

A continuación, Pedro Sánchez Álvarez nos informó de los recursos con los que cuenta CEDRO para garantizar el cumplimiento de la Ley de Propiedad Intelectual y luchar contra la piratería. Hubo una charla parecida en el anterior Polisemo, pero entiendo la necesidad de repetirla para que la información llegue a más gente, sobre todo en un congreso dirigido a estudiantes que quizá todavía no sean conscientes de los derechos que nos reconoce la LPI como autores de traducciones literarias.

Tras la pausa de la tarde, Pilar González y Aisha Prigann, moderadas por Carolina Smith de la Fuente, nos contaron sus experiencias traduciendo libros de arte para museos. Reflexionaron sobre las diversas dificultades con las que se han encontrado: tener que disponer de conocimientos culturales muy variados, desde el arte barroco o contemporáneo hasta la inteligencia artificial o la filosofía africana; lidiar con textos densos y en ocasiones poco inteligibles que no parecen escritos para el público al que van dirigidos, sino para otros artistas o para críticos de arte; tener que simplificar o recortar fragmentos para que ocupen lo mismo en todos los idiomas… Dado que trabajan con terminología muy específica, es de gran ayuda crear un glosario para cada proyecto, que también puede servir si nos toca traducir sobre temas parecidos en el futuro.

Traducción y edición

El segundo día empezó con una de las mesas redondas distintivas de El Ojo de Polisemo. Esta vez corrió a cargo de Jesús Negro e Inga Pellisa Díaz, que, con la moderación de Carolina Smith de la Fuente, nos dieron consejos para conseguir los primeros encargos, para negociar contratos editoriales y para gestionar proyectos, ingresos y gastos. Aunque el tema es el mismo todos los años, nunca se me hace repetitiva porque siempre acabo aprendiendo algo gracias a los diversos los puntos de vista de quienes lo presentan.

Otra de las mesas tradicionales es la que lleva el título «La voz de los estudiantes». Este año contó con Miriam Palacios, Alejandro Pantoja, Silvana Tirado y Víctor Peche, bajo la batuta de Alberto Sesmero, y me impresionó muchísimo la claridad de las ideas de estos cuatro futuros colegas, pues yo no recuerdo tener opiniones tan formadas en mi último año de carrera ni recién salida de la universidad. Además, es muy bonito ver que las nuevas generaciones entran con fuerza en el mundo de la traducción, independientemente del camino por el que hayan llegado.

La mañana culminó con el diálogo de Isabel García Adánez e Itziar Hernández Rodilla en el que, dirigidas por Carlos Fortea, dieron algunas pinceladas sobre Bubikopf: el eterno femenino y los locos años veinte, antología que tradujeron junto a Belén Santana López. Fue una charla interesantísima, ya que a las dificultades propias de traducir a seis manos se añadieron las del trabajo de edición: por una parte, debido a las diferencias entre el público español actual y el público alemán de la época en que salió la antología original, consideraron adecuado quitar algunos textos (aunque no siempre estuvieron de acuerdo en cuáles); por otra parte, cambiaron el orden de los seleccionados para formar un todo coherente que produjera un efecto concreto al leerlo. Se notaba que disfrutaron mucho con este proyecto y seguro que no fui la única a la que le dieron ganas de leer el libro.

La sesión de la tarde se abrió con la mesa redonda, dirigida por Mateo P. Avit Ferrero, en la que Alejandro Roque Hermida (Hermida Editores) y Ana C. Herreros (Libros de las Malas Compañías) nos presentaron sus editoriales y nos explicaron su perspectiva a la hora de publicar traducciones. Personalmente, me fascinó el trabajo de Ana C. Herreros para recopilar la literatura oral africana, en especial los cuentos del pueblo baka, tarea que exige una traducción contextual que refleje de alguna manera los diversos elementos de la narración oral (como los gestos o los movimientos) que influyen en la interpretación de los cuentos y no tienen cabida en un relato escrito.

Mirando al futuro

A continuación, Lidia Pelayo Alonso entrevistó a Ramón Soler sobre su traducción de varios fragmentos de Mizora, con la que ganó el IV Premio Complutense de Traducción Universitaria Valentín García Yebra. Se trata de una distopía feminista del siglo XIX, escrita por Mary E. Bradley, que hoy en día es casi imposible de encontrar incluso en inglés, por lo que merecería la pena traducirla y publicarla al completo para que deje de ser una desconocida.

Tras la última pausa, Paula Aguiriano y Marta Sánchez-Nieves presentaron las recomendaciones para universidades y estudiantes que recoge el informe Translators on the Cover, como la oferta y el estudio de lenguas menos habituales, la movilidad internacional, la formación continua y el asociacionismo.

El congreso finalizó con el sorteo de libros cedidos por las editoriales adheridas al contrato tipo y la invitación de Lourdes Lorenzo a participar en el próximo Polisemo, que se celebrará en 2024 en la Universidad de Vigo. ¡Qué lejano suena todavía y qué ganas de que se acerque!

Una inyección de energía

Por muy bien que me lo pase en un congreso, suelen concentrar tantas actividades en tan poco tiempo que a menudo necesito descansar unos días para recuperarme antes volver a la normalidad. Sin embargo, en esta ocasión me ocurrió todo lo contrario, ya que volví a casa con las pilas cargadísimas, muy contenta y con muchas ganas de seguir traduciendo.

Creo que en gran parte se debe a haberme reencontrado con gente a la que llevaba sin ver desde el Polisemo de Córdoba y echaba mucho de menos. Con la cantidad de asistentes que nos juntamos en solo un par de días (hasta hace dos años los Polisemos duraban medio día más y, quieras que no, se nota la diferencia), es difícil charlar con todas las personas con las que te mantienes en contacto gracias a las redes, pero en esta ocasión he conseguido encontrar aunque sea un ratito para saludarlas a todas. Además, siempre es un placer conocer a nuevas colegas que vienen por primera vez y que, como me pasó a mí, salen decididas a repetir.

No quisiera finalizar esta crónica sin mencionar una novedad que me sorprendió gratamente, y es que en esta edición no se repartieron materiales de usar y tirar que casi siempre acaban o en la basura u olvidados en el fondo de un cajón. De hecho, ¡las acreditaciones se podían plantar! A mí no se me dan nada bien las plantas, así que regalé mi acreditación y estoy deseando ver las fotos cuando las semillas germinen. Es una alegría volver a casa solo con buenos recuerdos que no ocupan espacio físico.


Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Itziar Santín (traductora)
  • Finalidad: publicación de comentarios dentro del blog
  • Derechos: puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación del tratamiento, portabilidad de datos u oposición ante info@itziarsantin.com

  He leido y acepto el aviso legal y la información básica de protección de datos y política de privacidad