¡Poca broma! Traducción y corrección de dobles sentidos y juegos de palabras en textos literarios
La semana pasada asistí al seminario web ¡Poca broma! Traducción y corrección de dobles sentidos y juegos de palabras en textos literarios, impartido por Cristina Martínez y organizado por Asetrad. Fue una hora y media muy entretenida que dio lugar a reflexiones interesantes sobre el tratamiento del humor en la traducción literaria.
Cristina rebatió el mito de que el humor es intraducible: hay diversas técnicas para traducir los dobles sentidos y los juegos de palabras y el contexto nos dirá cuál es la más adecuada. En todo caso, para resolver los retos que van surgiendo, es importante que exista una colaboración entre traductores, correctores y editores, pues el texto siempre sale ganando cuando se trabaja en equipo y con conocimiento de causa.
Una vez aclarado esto, nos dio algunas definiciones del humor, que es al mismo tiempo universal (porque no se sabe de ningún pueblo que no lo incluya en sus comunicaciones de una forma u otra) y subjetivo (porque, dependiendo de factores como la edad, el género, la clase social, etc., una broma nos hará gracia o no). El humor no se basa solo en las palabras, sino también en los conocimientos y las experiencias a los que hace referencia, y ahí radica precisamente la dificultad de traducirlo.
El humor puede clasificarse como situacional, cultural o lingüístico. Los que más problemas dan a la hora de traducir son los dos últimos, así que vimos varios ejemplos para estudiar cómo pueden resolverse. Mi caso favorito fue el del soneto 135 de Shakespeare, en el que juega con una miríada de significados de la palabra will. También me pareció muy ilustrativo el ejemplo de compensación en una novela infantil en la que, como era difícil traducir los juegos de palabras de un pasaje concreto, se decidió mantener solamente el significado denotativo en esa parte y añadir otros juegos más adelante.
Dado que es un tema en el que merece la pena profundizar, creo que sería interesante dedicarle más tiempo, quizá en forma de taller para poder trabajar con los ejemplos individualmente y después comparar las propuestas de traducción en el grupo. Aun así, el seminario me ha parecido muy útil como introducción para ordenar los conocimientos y ser consciente de la multitud de posibilidades que existen a la hora de traducir el humor.