Hispacón Salduie 2023: fantasía, ciencia ficción y terror en Zaragoza

Del 8 al 10 de septiembre tuve la suerte de poder asistir de nuevo a la Hispacón, el festival que organiza todos los años la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, que en esta ocasión tuvo lugar en Zaragoza. Fueron dos días y medio llenos de libros, gente maja y charlas interesantes, que disfruté mucho pese al terrible calor que hacía.

Cartel de la Hispacón, en el que aparece un grupo de iberos armados con lanzas acercándose al río Ebro, en cuya orilla se encuentra Cthulhu. Al fondo se ve una torre con el ojo de Sauron, sobrevolada por varios ovnis. El texto de la parte superior de la imagen dice: «41º HISPACÓN SALDUIE. ZARAGOZA.DEL 8 AL 10 DE SEPTIEMBRE 2023».

La primera charla a la que fui, el viernes después de la inauguración, corrió a cargo de Laura Ponce y Cristian Arenós, que nos ofrecieron varias recomendaciones de libros que consideraban herramientas para encontrar soluciones ya sea a grandes problemas colectivos como a «pequeños apocalipsis individuales», como la pérdida y el duelo. Entre los que más me llamaron la atención están la colección Cosmografía profunda, de Laura Ponce, Pequeños dioses y otros cuentos blancos, de Tim Pratt (que tengo pendiente desde hace tiempo, así que me viene bien el recordatorio), y Siamesas, de María Belén Aguirre, un libro de sobre dos hermanas unidas por la cabeza y su relación con su madre.

Después cambié de sala para escuchar los consejos que dio Juan Venegas Ortiz para escribir diálogos. Esperaba que fuera una presentación más bien teórica, así que me llevé una gran sorpresa cuando me encontré en una de las charlas más divertidas del festival. Hubo muchas risas mientras pasábamos de un hipotético primer esbozo de la conversación sobre el caos de Varys y Meñique de Juego de Tronos hasta la versión final, pasando por versiones intermedias en las que se iban añadiendo elementos como la caracterización, el subtexto y la musicalidad.

A continuación vino una mesa redonda moderada por Aritz P. Berra sobre creación y difusión literaria en medios digitales, con Almudena Martínez-Cardeñoso (alias Magrat Ajostiernos), Laura Huelin en representación de La Nave Invisible y Ander Mombiela y Eleazar Herrera, del pódcast Lumak. Hablaron de su experiencia como divulgadores, de los inicios de sus proyectos, de la importancia de la comunidad para superar los momentos más duros, de los cambios que han visto en el mundo de la divulgación y de sus planes de futuro, además de dar consejos para quienes quieran adentrarse en este ámbito. Como fan de todos esos proyectos, me encantó enterarme de cómo funciona Lumak entre bastidores, oír hablar de los comienzos de Marzo Asiático (un reto personal de Almudena que acabó teniendo tal aceptación que ya es un fenómeno que se repite año tras año) y, por supuesto, el nuevo rumbo de La Nave, que este nuevo curso estrena pódcast y revista.

La tarde continuó con un recorrido por la ciencia ficción escrita por mujeres, de la mano de Darkor, Caryanna Reuven y Pilar Caballero. Recomendaron autoras como Mary Robinette Kowald, Nieves Delgado, Felicidad Martínez, Diana P. Morales, Ann Leckie, Lois McMaster Bujold, Tamsyn Muir, Anne McCaffrey, Karen Lord, Connie Willis, Sara Sacristán… y muchas otras que no me dio tiempo a apuntar. Por desgracia, muchas de ellas están descatalogadas, aunque siempre nos queda la opción de rebuscar en librerías de segunda mano.

La lista de libros pendientes aumentó en la mesa redonda de editores de género, en la que participaron Laura Ponce y Cristian Arenós Rebolledo, de La Máquina que Hace PING!, Christian Rodríguez Carvajal, de Insólita Editorial, y María Pérez de San Román, de La Biblioteca de Carfax. Comentaron lo difícil que les resulta a las editoriales independientes llegar al público general, ya que, por un lado, todavía existen prejuicios sobre la fantasía, la ciencia ficción y el terror (motivo por el cual las grandes editoriales evitan mencionar estas palabras al publicitar libros que pertenecen a dichos géneros) y, por otro lado, apenas tienen visibilidad en las grandes superficies, por lo que tienen que trabajar con las librerías independientes, a las que acuden una por una para darse a conocer.

La tarde concluyó con una mesa redonda moderada por Cristina Parrales Amuedo, en la que Carla Plumed, Eva Amuedo, Inés Galiano y Shaila Correa Martín, desde sus distintos roles como divulgadoras, escritoras, editoras y lectoras, reflexionaron sobre la mujer en la literatura fantástica actual. Las cuatro coincidieron en la falta de visibilidad que tienen las autoras en las grandes superficies y el esfuerzo consciente que hay que hacer para tenerlas en cuenta, lo que se refleja en iniciativas como LeoAutorasOct.

El sábado comenzó con otras de mis mesas redondas favoritas: la de Andrea Penalva, Ignacio Iribarnegaray (también conocido como Vanfunfun) y Víctor Guez sobre realidades diversas. Agradezco muchísimo la oportunidad de oírles hablar de sus experiencias y aprender de su visión sobre la representación de las discapacidades en la literatura, pues es importante comprender las dificultades a las que se enfrentan (y que muchas veces nos resultan invisibles) para evitar hacer más daño con los prejuicios y con las ideas preconcebidas.

La mañana continuó con una mesa redonda moderada por Sergio Mars en la que Carlos Rubio Palao, Nessa Ojosnegros y Ana B. Nieto debatieron sobre distopías. Me gustó mucho el comentario de que las distopías y las utopías se pueden considerar dos caras de la misma moneda, ya que en las primeras es habitual encontrar que en esas sociedades ya se han solucionado algunos de nuestros problemas actuales, aunque tendamos a fijarnos más en los aspectos que nos aterran, mientras que en las segundas suele aparecer el elemento distópico de la falta de libertad. También me pareció interesante la comparación entre las distopías juveniles, que tienden a centrarse en la rebelión contra el sistema, y las distopías adultas en las que el protagonista se conforma con sobrevivir nadando en aguas hostiles.

La siguiente mesa redonda, en la que participaron Celia Corral-Vázquez, Elena Torró, Aitor Aráez y Alejandro Rodríguez Tárraga, fue divertidísima. Estuvo dedicada a las tecnoseñoras, personajes con los que se da visibilidad a las mujeres científicas, sobre todo a partir de cierta edad en la que tienden a desaparecer de la ficción. Como se ve en las historias de fantaciencia Puedes llamarme Espátula y La obsoletadora, las tecnoseñoras tienen mucho en común con las brujas, ya que ambas son mujeres sabias que rompen con los estereotipos de género que imperan en su sociedad.

La mañana concluyó con una mesa redonda con Marina Tena Tena, Ferran Varela y Borja Alonso, que, siguiendo las instrucciones de Maria Lucea y Cristian López, habían escrito sendos relatos de un género fuera de su zona de confort: a Marina le había tocado literatura erótica; a Ferran, ciencia ficción, y a Borja, romántica. Explicaron cómo se habían enfrentado al desafío, qué les había aportado y qué otros géneros les gustaría explorar en retos futuros.

Después de comer, no podía perderme la mesa redonda sobre traducción moderada por Blanca Rodríguez y con la participación de Noemi Risco Mateo, Manu Viciano y Rebeca Martínez-Cardeñoso. Hablaron, entre otras cosas, de sus métodos de trabajo, de la manera de conseguir que la traducción suene natural, de las técnicas para traducir nombres propios, de los plazos de entrega que suelen manejar y de la importancia de la corrección. Siempre me parece enriquecedor escuchar este tipo de conversaciones entre colegas, pero es que además, en esta ocasión, al terminar me llevé la grata sorpresa de encontrarme con Enrique Alda, que fue mi mentor hace cuatro años en el programa de mentorías de ACE Traductores. ¡Todavía no nos habíamos visto en persona!

Aunque a esas alturas el listón ya estaba muy alto, la siguiente mesa redonda no decepcionó en absoluto. En ella, Laura Ponce, Marina Tena Tena, Ferran Varela y Maribel Abad, con la excelente moderación de Laura Huelin, reflexionaron sobre la creación de mundos en fantasía y ciencia ficción, debatieron sobre la pertinencia de la crítica social en estos géneros y advirtieron de los prejuicios inconscientes que hay que evitar arrastrar a las historias y los mundos ficticios.

El sábado terminó con una charla participativa sobre literatura cozy que me pareció maravillosa tanto por el tema como por el formato. Moderaba Laura S. Maquilón y el público estaba sentado en círculo alrededor de las participantes, que al principio fueron Caryanna Reuven, Laura Huelin, Penélope Esteve y Claudia Fontana. Cada vez que alguien quería añadir algo, una de las personas del centro le cedía el asiento y, así, la participación fue rotando según avanzaba el debate. Además de novelas de Ursula Vernon, T. J. Klune, Becky Chambers, Karen Lord, Laura Morán Iglesias y Seanan McGuire, se mencionaron mangas como El zorro y el pequeño tanuki, de Mi Tagawa, y Frieren, de Kanehito Yamada, y series como La cantina de medianoche. ¡Más deberes!

Esa noche se celebró la gala de entrega de los premios Ignotus, presentada por Cristina Arias, en la sala Hïde Club. No sabía qué esperar porque fue mi primera gala, pero la verdad es que me lo pasé muy bien, la primera hora prácticamente aplaudiendo sin parar y después charlando hasta que decidí ser responsable y volver al hotel para ser capaz de madrugar al día siguiente.

Y es que el domingo a primera hora hubo una mesa redonda, moderada por Cristina Mestre, sobre el humor en la literatura de género escrita por mujeres, con Inés Galiano, Celia Corral-Vázquez y Rosa Gil. Hubo reflexiones muy interesantes sobre las dificultades de que te tomen en serio cuando eres una mujer que escribe humor en un género ya de por sí denostado, la responsabilidad de tener cuidado para no hacer daño a grupos históricamente oprimidos y las posibilidades de usar el humor para hacer críticas y para crear personajes complejos e imperfectos.

El broche final lo pusieron Clara Dies Valls, Javier Prado y G. G. Lapresa, que nos presentaron varias leyendas inventadas, es decir, leyendas cuyo origen se puede rastrear hasta dar con la persona concreta que la creó. Así, conocimos a criaturas como la cocollona, el arquetu o la guajona, supimos de castillos encantados por intereses turísticos y tuvimos el privilegio de que nos visitara un meloncillo de fuego que se le apareció por primera vez a Durruti mientras hacía senderismo en el lugar donde hoy en día se encuentran los estudios de RTVE.

Varios libros de Caryanna Reuven en una mesa: dos ejemplares de "Proyecto Alfa", uno de "Horizonte 6" y otro de "Sueños rotos". Encima de los libros hay cinco marcapáginas muy molones con el título de los microrrelatos que llevan por detrás: "Una nueva vida", "Primer contacto", "En la oscuridad", "Vida y muerte" y "Solo".'Por supuesto, entre charla y charla no solo tuve tiempo de desvirtualizar a gente que conocía de las redes sociales, sino que también me pasé por la feria y me llevé unos cuantos libros firmados.

No sé si podré repetir el año que viene en San Fernando o el siguiente en Sabadell, pero, desde luego, estaré atenta a las fechas por si tengo la oportunidad.